RÉQUIEM PARA UN DEMÓCRATA

por Robert Marcial González. 26 de mayo de 2025

– En memoria de Don Guillermo Caballero Vargas –

Condicionada por su convulsa historia signada por revoluciones, conflagraciones bélicas, golpes de Estado, gobiernos militares y dictaduras cruentas, la sociedad paraguaya, acaso como ninguna otra en la región o el continente, no ha sabido internalizar aún a la Democracia Constitucional, entendida esta, como sistema de convivencia virtuoso basado en la praxis de valores como la honestidad, la tolerancia, la pluralidad, el respeto a las minorías, a las reglas de juego, a las libertades preferidas o a las voces críticas, la transparencia y el buen manejo de la cosa pública, la inclusión, la igualdad de oportunidades, etc., que deben ejercitarse en el plano individual y colectivo, para que luego permeen genuinamente a nivel familiar, cultural, social y político.

Basta una rápida hojeada a los libros de texto o los programas académicos de las escuelas, colegios y universidades, para advertir, que los tributos y reconocimientos bibliográficos que brinda la historia del Paraguay, están orientados, casi con exclusividad, a homenajear a militares y caudillos que forjaron su prestigio a punta de sables, espadas, fusiles y cañonazos. El dato puede ser corroborado por cualquiera que decida dar un paseo por las maltrechas calles de Asunción. Sin esfuerzo alguno, podrá advertir que casi la totalidad de los carteles que nombran nuestras plazas o avenidas, más allá de alguna esporádica mención a países hermanos, recuerdan, principalmente, a referentes del ámbito castrense o a fechas ligadas a gestas militares.

El largo, complejo e inacabable proceso de construcción de la Democracia, además de garantizar el voto periódico o de estructurar formalmente la institucionalidad del Estado, requiere, exige y demanda una ardua tarea de divulgación simbólica que ayude a que la Comunidad conozca, identifique, visibilice y rinda tributo a los héroes civiles como las mujeres valientes, los maestros y maestras comprometidos, los académicos e investigadores rigurosos, deportistas sacrificados, referentes de la música, la cultura, el teatro, en fin, los verdaderos beneméritos de la Democracia quienes, con su testimonio de vida y a través del compromiso genuino para con su entorno y su Comunidad, inspiran, desafían, interpelan, ayudan, estimulan y brindan oportunidades de superación individual y colectiva.

Tal es el caso, precisamente, de DON GUILLERMO CABALLERO VARGAS quien, penosamente, acudió al llamado celestial el domingo 25 de mayo de 2025. Buscando, en igual medida, mitigar el profundo dolor que me aflige y honrar la memoria de un gran referente de la Comunidad, permítanme apuntar que, si bien su partida, como la de muy pocas personas, es verdaderamente irreparable, no creo que pueda decirse que, a nivel comunitario, deje un vacío…

Muy por el contrario… como ocurre con los grandes referentes comprometidos con los valores del Humanismo, DON GUILLERMO CABALLERO VARGAS, supo llenar de manera virtuosa y creativa absolutamente todos los vacíos que encontró en la sociedad paraguaya. Aró, sembró y cosechó incansablemente y en muchísimos planos, durante toda su vida… Llenó de manera virtuosa tantos vacíos, que su presencia constante y duradera está garantizada por siempre tanto en el corazón de sus afectos como en el sentimiento comunitario.

En el plano social, promovió de manera incansable miles de empleos dignos y decentes a través de numerosos emprendimientos que, de manera sostenida, han mejorado no solo la calidad de vida de varias generaciones de personas y familias sino de ciudades enteras a lo largo y ancho del país.

En el plano político, no dudó en salir de su zona de confort para comprometerse desde la acción y el testimonio en el debate público, asumiendo siempre, con valentía y coraje, posiciones claras y firmes en defensa de la institucionalidad republicana y el fortalecimiento de la Democracia Constitucional.

En el plano económico, trabajando de sol a sol, dio vida y motorizó el mercado local asumiendo riesgos, inyectando capital y generando alianzas estratégicas con inversores internacionales quienes, encontraban en la persona de DON GUILLERMO CABALLERO VARGAS, el aval, la confianza, el terreno fértil y la credibilidad negados sistemáticamente por un esquema político corrupto y clientelar, copado por oportunistas sin escrúpulos.

En el plano familiar, junto con su amada esposa IVONNE, mujer valiente y dedicada que lo acompañó toda la vida, codo a codo, en sus sueños, proyectos, ideales y convicciones, forjó afectos sólidos y educó con paciencia, dedicación, esmero, cariño, sabiduría e inteligencia emocional, hijos, hijas, nietos y nietas maravillosos que hoy prolongan su existencia y su legado virtuoso con la misma entrega, valentía, pasión y compromiso que distinguieron siempre a DON GUILLERMO CABALLERO VARGAS.

Con humildad estoica, alejado de los vacíos rituales mediáticos o de los grandilocuentes despliegues de vanidad y de las poses egocéntricas de las que hacen gala la mayoría de las personas que alcanzan un mínimo de protagonismo social, DON GUILLERMO CABALLERO VARGAS rehuyó sin titubeos de los atajos y los caminos torcidos o superficiales. Le dio siempre, siempre, siempre contenido virtuoso a todos los espacios en los que interactuó. Empeñado en combatir la mediocridad a través del ejemplo y la cultura del trabajo, elevó la vara cada vez que pudo y ayudó a mejorar un sinfín de estándares tanto individuales como comunitarios que desembocaron, finalmente, en felicidad colectiva.

En lo personal, me quedan, no solo las enseñanzas de un gran demócrata comprometido con su comunidad y con su tiempo, sino los bellísimos recuerdos de esos intercambios estimulantes en torno a la literatura, la filosofía, la política, la historia y la gastronomía que, de la mano de ese gran referente cultural, me permitieron aprender y crecer en varios planos de mi vida… En mi corazón, de manera indeleble, quedará viva la estampa de aquella fresca mañana dominical de invierno del 2024 en que, de la mano de su esposa, esbelto, elegante y señorial como fue siempre, se acercó a nuestro hogar, para llenarlo de calidez envolviendo con un abrazo honesto y generoso a mi hermana y a mis padres en medio de uno de los tantos avatares políticos que afectaron a mi familia.

El filósofo escocés Alasdair Macintyre, referente del COMUNITARISMO -fallecido hace apenas unos días- defendía la viabilidad de una ética de las virtudes a condición de que seamos capaces de pensar nuevas formas de comunidad que hagan posible el cultivo de esas virtudes.

DON GUILLERMO CABALLERO VARGAS dedicó su vida entera no solo a pensar sino a poner en práctica esas nuevas formas de comunidad a las que refiere el filósofo. Consagró su vida a la noble tarea de arar el terreno cívico para que, desde el ejercicio de las virtudes individuales, sea factible la siembra de virtudes colectivas… Quienes aún disfrutamos del portentoso prodigio de vivir, debemos honrar la memoria de los beneméritos de la Democracia, dedicando tiempo y esfuerzo en cosechar lo sembrado por los grandes referentes comunitarios que, de manera coherente y más allá del facilismo discursivo, hicieron su parte para dejar el mundo un poquito mejor de lo que estaba cuando llegaron a él…

En beneficio propio, la sociedad paraguaya debería aprender a identificar primero y reconocer después, a aquellas personas que, genuinamente, han ayudado desde el ejemplo (insisto, desde el ejemplo) a perfilar una Democracia más robusta e inclusiva.

Fortalecer la dimensión simbólica de la Democracia honrando a los héroes civiles, no solo ayudará a que se haga justicia homenajeando a ese puñado de personas que nutre la vida comunitaria desde el ejemplo virtuoso sino, fundamentalmente, permitirá, que los jóvenes de hoy y las generaciones del mañana, pongan en práctica todos aquellos valores con los que DON GUILLERMO CABALLERO VARGAS marcó a fuego al Paraguay que tanto amó…

Gratitud eterna Don Guillermo (+)…

Robert Marcial González

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